DISCURSO ACTO EXALTACIÓN FESTERA

Celebrado en el Teatro Circo el 1 de Julio de 2011

 

Armengola 2011Excmo. Sr. Alcalde, Sr. Presidente de la Asociación, Armengola, Embajadores Moro y Cristiano, Abanderadas y Abanderadas Infantiles, Autoridades, Junta Directiva Central, Socio y Festeros de Honor, Alcaide del Castillo, Pregonero, Glosadora de la Fiesta, Señoras y Señores, Amigos y Festeros.

Dejadme que hoy me deje llevar.  Dejadme que por un segundo entorne mis ojos y disfrute de este instante.  Dejadme que en esta noche descomunal haga ensueño de otra noche lejana.  Una noche proverbial, una noche de leyenda que forma parte del corazón de cada hombre oriolano, de cada mujer de Orihuela… Dejadme que imagine aquella noche…  La luz fenece dulcemente. La huerta llena de aromas la alcazaba y el murmullo del río Segura refresca el caluroso ambiente del julio oriolano.  Una mujer sube la sierra.  Vista desde el arrabal la fortaleza a la que se dirige se muestra impenetrable, magnifica, una sombra inmensa que devora hasta las estrellas que motean el claro cielo orcelitano.  Caminan a su lado dos hombres embozados en ropajes de mujer. Quieren contarse muchas cosas, pero marchan en silencio.  Recorren el sendero pensativos.  Saben que esa noche puede ser la última de sus vidas, pero el amor por Orihuela justifica el riesgo que van a correr.  El amor por un pueblo, por su pueblo, les arranca del alma cualquier sombra de miedo que pueda enturbiar la decisión tomada. Lo callado de la sierra de San Miguel recibe los golpes en la puerta como si de una promesa eterna se tratase, el eco los recoge y los lanza a toda la vega. Pom, pom, pom… ¿Quién va?...  y al cabo de una noche la gesta está cumplida.  Por los siglos de los siglos Orihuela será cristiana.  Cristiana…y mora.  Para siempre.  Para siempre mora y cristiana. Porque mora y cristiana, cristiana y mora es de la única forma en la que yo conozco Orihuela.  Mi vida como festera, y aún toda mi vida discurre paralela al camino recorrido aquella fantástica noche de julio por la mujer del Armengol.  En la alborada de mi vida, alboreaba también la fiesta tal y como la conocemos hoy.  Arrancaba mi camino junto a la sombra de una sierra que servía de gigantesco pedestal al castillo de los moros  ¡Cuántas veces lo he contemplado desde la terraza de la casa de mis padres en la calle del colegio!  Cuantas veces he imaginado las idas y venidas de los habitantes de la alcazaba montaña arriba y montaña abajo.  Llegando al zoco, a adquirir provisiones, acudiendo a las plazas a escuchar a las gentes que traían noticias de otros lares.  Cuantas veces he podido “ver” al entornar mis ojos a hombres y mujeres mezclándose entre las murallas, compartiendo vida, inquietudes y alegrías, risas y llantos…moros y cristianos, unidos por el amor a una tierra generosa como pocas, preñada de frutos y bienes, dulce en el clima, fértil hasta lo punzante, hermosa como ninguna, cuna de poetas y grandes hombres, envidia del propio Edén.  Allá a la sombra de la peña de la calle Arriba, es más fácil soñar.  Y de la misma forma que nuestra heroína contó con aquellos hombres que recorrieron con ella el sendero de la libertad, yo en mi devenir festero he contado desde niña con los mejores Aruns y Ruidons posibles.  Mi padre, en primer lugar, me empezó a mostrar cual era la senda por la que caminan los hombres buenos.  Me empezó a mostrar que el amor por tus gentes y por tu tierra, aunque a veces te haga sufrir, es el camino que hay que caminar para obtener un corazón noble y humano. Me empezó a enseñar que la generosidad es el único camino hacia lo eterno.  Muchos de los que estáis aquí lo conocisteis mejor, incluso, que yo, y si él no me hubiera enseñado que no es bueno sentir según qué cosas, sentiría envidia de vosotros.  Hoy,  me mira y llora lágrimas de satisfacción festera por ver a su pequeña hablándoos desde este estrado.  Gracias papá.  Sé que esta noche, mi noche festera más hermosa, estás aquí conmigo.  Como sé que estás tú, hermano mío.  Javier.  Hombre divertido y alegre, protagonista de innumerables  noches de moros cargadas de risas y compañerismo.  Amigo de sus amigos y alma de crepúsculo matutino de moros y cristianos durante muchos años… “Temprano levantó la muerte el vuelo…”

Pero miremos hacia delante, no nos facilitará el camino mirar atrás.  La torre del homenaje ya se divisa en la penumbrosa cima.  La senda no se interrumpe a pesar de las dificultades y hay que alcanzar el objetivo…Que la tristeza que siempre lleva la ausencia, no emborie la alegría de los que transitamos el sendero.

A mi hermano Pepe todos los que estáis aquí le conocéis.  Todos sabéis de su amor por Orihuela, de su pasión por sus fiestas de su alma, y de su largueza en el sacrificio por todo aquello en lo que cree.  Fijarme a veces en él,  y escucharlo, en alguna ocasión, me ha servido para completar mi formación principalmente sobre la amistad y el ser humano, sobre nuestros moros y cristianos, y sobre la historia de su pueblo y el mío.

La resolución de la mujer, anima sin duda a los hombres que la acompañan.  Se miran entre ellos y sonríen al entender que yendo de mano de aquella briosa mujer nada podrá salir mal.  Su espíritu los protege.  Un espíritu que encarna como no conozco en otra mujer, Asunción Durá.  Chon.  Mi madre.  Una oriolana de Elche. De ella podría decir muchas cosas, muchísimas y todas serían buenas.  Es la mujer más fuerte que he visto jamás, tiene el corazón más grande que he conocido en mi vida, y si yo hoy estoy aquí es gracias sobre todo a ella.  Gracias mamá.  Gracias desde lo más profundo de mi corazón.

Mi Armengol, mi marido. Manuel.  El hombre en quien siempre he encontrado el apoyo que he necesitado, justo cuando lo he necesitado.  Mi compañero, el amigo a quien siempre he podido acudir cuando las cosas no han ido como yo imaginaba que debían ir.  El espejo en quien me quiero mirar cada día de mi existencia.  Manuel, tú eres el hombre de mi vida, y si no fuera por ti, todo esto que me está pasando, no sería ni la mitad de bonito.

Pom, pom, pom… ¿Quién va?...  las puertas de la fortaleza son franqueadas.  Y la gente de la Armengola se une a ella en tan soberbio momento.

A todos mis amigos daros las gracias por haberos alegrado por mí.  Vosotros sois mi celebración.  Vosotros con mi familia sois mi gente.  La gente de la Armengola.  Gracias a todos.

Y para que la hazaña quedase completada, en lo alto del cielo iluminando el patio de armas, dos luceros jalonaron la tiniebla.  El destino de la heroína se había cumplido.  Mis luceros son Alicia y Manuel, ellos son mi verdadero motivo.  Mi presente y mi futuro.  El fruto más puro de mi vida.  Mis auténticas lucernas.

Dejadme que hoy me deje llevar.  Dejadme que por un segundo entorne mis ojos y disfrute de este instante.  Dejadme que de las gracias a la vida por haberme dado tanto.  Dejadme que os agradezca que estéis aquí esta noche acompañándome, acompañando a nuestros flamantes embajadores, haciéndonos sentir, todo lo que nos estáis haciendo sentir.  Dejadme gritar con todas mis fuerzas aquello que es motivo de tanta hermosura:

¡ARRIBA LA FIESTA!

Mª Asunción Vegara Durá

Armengola 2011

 

CARTEL 2019

Autor: Orest Derekn

Spot Fiestas 2018

© Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos "Santas Justa y Rufina"

C/ Francisco Die, 32-34  03300 Orihuela-Alicante