DISCURSO ACTO EXALTACIÓN FESTERA

Celebrada en el Teatro Circo el 4 de julio de 2003

Queridos amigos, buenas noches. En primer lugar agradecer sinceramente al Presidente de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos, el haber pensado en mí para éste nombramiento, aunque sigo sin entender que cualidades vio en mi persona para ser merecedora de tan gran honor.

Me vais a permitir dar las gracias públicamente a mi familia. A mi padre, hombre prudente, que con su silencio me enseñó, el respeto; a mi madre, que con su carácter me demostró la fortaleza. Ellos fueron los que hicieron nacer en mí el orgullo y la admiración por esta bendita tierra. A mi esposo agradecerle que me enseñara como se vive y se trabaja por la Fiesta y, en estos momentos por estar a mi lado apoyándome con una paciencia infinita. A mis hijas por ser el empuje y la fuerza de mi vida; A ellas quiero dedicar este nombramiento, por la ilusión y por la humildad como están viviendo estos momentos.

Y a vosotros, amigos míos, he estado pensando las palabras exactas de lo que quería deciros, pero son tantas cosas, que las resumiré en una: "Gracias de todo corazón".

No voy a negar que, en un primer momento, tanta responsabilidad, me llevo a sentir, llamémosle, respeto, pero alguien muy querido me recordó una frase: "Cualquier cosa que puedas hacer ó soñar, iníciala". Y eso hice, me armé de mucha ilusión y aquí estoy, dispuesta a hacer un sueño, realidad, a entregar lo mejor a vosotros, a nuestra Fiesta.

Todos sabéis que soy una enamorada de Orihuela, pero hasta ahora, hablar sobre ella, para mí, era resaltar la belleza de sus monumentos, la grandeza de su historia, sus tradiciones, sus fiestas... ¡Pero que equivocada estaba!. Orihuela es hermosa, ¡sí!, pero es hermosa porque vosotros la hacéis ser así, vosotros sois la luz y la imagen de este Pueblo emblemático; porque un pueblo es grande y admirable en medida del amor y el respeto que reciba de su gente, y nosotros sabemos mucho de esto, porque sabemos amar y defender con orgullo todo lo que es nuestro.

Y ahora, desde aquí, quiero daros las gracias por vuestras muestras de cariño, reflejadas en vuestras miradas, en vuestras palabras y en vuestros gestos, porque habéis convertido esta experiencia en una explosión de sentimientos. Esto me hace pensar que cuando lleguen los días grandes de la Fiesta y salga a recorrer nuestras calles, no me sentiré sola, porque vosotros estaréis conmigo, y yo me recrearé en cada una de vuestras miradas y voy a estar sintiendo lo que siempre soñé, el amor de Pueblo. Y por un momento, se mezclará en mí, el coraje y la ternura, y con un nudo en la garganta, me sentiré Mora y Cristiana, Madre y Leyenda... me sentiré con todo mi ser vuestra Armengola.

Y porque siempre resulta hermoso recordar nuestra historia y su misterio, no la dejemos reducida solo a unos días de desfile y bailes, mantengámosla viva día a día. Transmitamos la alegría y la ilusión de una fiesta, pero también el amor y el interés por su historia, hagamos que nuestros jóvenes conozcan sus raíces y se enorgullezcan de ellas.

Pero para que una fiesta adquiera todo su valor, tenemos que vivirla con toda nuestra Fe, implicando hasta nuestra alma. ¡Dios, por encima de todo!. Porque Él, nos ayudará a ser mejores moros, mejores cristianos, pero sobre todo ¡Buenos Oriolanos!... Y como buenos Oriolanos y grandes festeros, sólo nos queda una cosa por decir: ¡¡¡¡¡ARRIBA LA FIESTA!!!!!

PILAR MURCIA MOJICA

ARMENGOLA 2003