MUSEO DE LA RECONQUISTA
04. Diorama
ORIHUELA MUSULMANA
Diorama instalado en dos módulos que conforman un sistema de transporte independiente de la pieza y que a su vez pueden volver a ser acoplados para la exposición de la obra con una superficie de 7,5 metros cuadrados y una altura en planta de 2,20 metros.
- Inicio del proyecto 2016
- Duración del montaje del diorama.- 14 meses.
- – D. Rafael J. García Rodríguez (Mayrit)
- – Dª. Emilia Valero Ferrandez.
DESCRIPCIÓN:
La obra se ubica entre los años 711 con el final del reino visigodo hispánico con la capitulación del Rey Visigodo Teodomiro ante Abd al-Aziz, hijo del VALI (gobernador) Ifriqiya.
El recorrido histórico del diorama empieza con la representación de las ruinas donde estuvo establecido el primer conjunto de viviendas herencia visigoda hispánica y donde en la actualidad se encuentra el Seminario.
Ha sido mi intención al desarrollar este trabajo con unas dimensiones preestablecidas poder dar pinceladas históricas de los inicios de la ocupación musulmana sobre las cenizas del fin de la era visigoda.
Para conseguirlo este diorama se ha transformado en un gran collage donde se establecen y aparecen diferentes nexos de unión entre la población con dos sociedades bien diferenciadas por su cultura, religión y aspecto político. El musulmán en posición dominante por la conquista del reino y la clase cristiana que debe someterse al vasallaje de las castas musulmanas gobernantes.
De nexo entre ambas sociedades está el medio acuífero (el río Segura), que primero sirve como obstáculo natural a una posible invasión de la ciudad fortificada, segundo es un canal navegable de comunicación y traslado de mercancías para abastecer a la ciudad y para finalizar, acomete una acción de increíble valor al regar la huerta, que enriquece, más si cabe, con la llegada de nuevos productos hortícolas y a la vez utilizando un sistema de regadío tradicional que sigue vigente en nuestros días, la acequia.
El mapa arquitectónico de la ciudad está claramente representado por un asentamiento árabe con una arquitectura característica procedente del Islam y que sin duda se diferencia ampliamente del cristiano. La sociedad musulmana de esta época utiliza viviendas de dos plantas muy floridas y con grandes espacios abiertos y calles anchas entre las líneas de asentamiento urbano. Por el contrario la vivienda de herencia visigoda se conforma en viviendas de una sola planta con ubicaciones dispersas sin seguir una línea prefijada de localización al contrario del musulmán que establece un sistema que en la actualidad sigue en todo el mundo,la calle.
Tanto el Cristianismo como el Islam establecen en Orihuela sus lugares de culto, el Islam establece en Uryula la mezquita de barrio la aljama, de aquella época perduran en la Orihuela del siglo XXI, tres aljamas: la iglesia parroquial de las Santas Justa y Rufina de estilo gótico y renacentista , la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de estilo gótico valenciano y barroco y la Santa Iglesia Catedral de El Salvador de estilo gótico valenciano y renacentista. Guardan en su interior los restos de la arquitectura hispano-visigoda y árabe de comienzos de la ocupación musulmana.
Aparece en esta sociedad oriolana un nuevo edificio los hammans (baños), ubicados en las cercanías de las mezquitas de barrio de la medina andalusí. La relación del baño con la mezquita es obvia y permite establecer una vinculación entre el hamman y la mezquita, concediéndoles a ambos un carácter religioso.
La Orihuela musulmana muestra tres baños cercanos a las tres aljamas, uno de ellos se sitúa según los restos arqueológicos encontrados en lo que hoy es el Museo de la Muralla y que dio servicio a la aljama que en la actualidad es la Iglesia parroquial de las Santas Justa y Rufina, los otros dos se han situado próximos a sus respectivas mezquitas pero sin basarse en el rigor histórico por no encontrarse documentación al respecto.
Uryula pasó de ser un pequeño asentamiento visigodo con una pequeña iglesia y un número ínfimo de casas a una gran ciudad fortificada y amurallada que se fue ampliando según la población crecía y ya, falta de espacio natural para expandirse (hemos de recordar la sierra que rodea a Orihuela), desciende hacia el llano de la vega, no solo por la búsqueda de espacio, también por estar más cerca de su suministro natural de agua y de mercancías, el río Segura.
Todos estos movimientos de expansión poblacional llevan detrás la fortificación de la ciudad con murallas, torres de vigilancia y puertas de acceso entre los diferentes niveles de amurallamiento.
La primera defensa natural que tiene la ciudad es el propio río, de ahí que en el diorama se represente un puente de barcas, este era un sistema de comunicación con el exterior, traslado de mercancías y, en caso de invasión, este puente de barcas era retirado con lo cual la ciudad se quedaba aislada respecto a la posible invasión.
Una de las piezas más relevantes del amurallamiento de la ciudad era la conocida como Torre de Embergoñes, de origen almohade, de planta hexagonal, utilizada como torre de vigía encargada de
vigilar la zona norte de la huerta de Orihuela, así como el cauce del río Segura, con el fin de evitar ataques de tropas castellanas venidos desde Murcia. También tuvo dos propósitos más: por un lado la religión árabe obligaba a sus mujeres a utilizar esta torre para poder cambiarse de atuendo, si querían bañarse en el río. Contaba con un pequeño embarcadero donde las barcazas acercaban madera para ser empleada en la ciudad, por ello en el diorama se ha representado dicho embarcadero y un grupo de barcas.
La Puerta del Puente, donde se sitúa el puente de barcas y da acceso a la ciudad, que se ha incorporado en este trabajo, tiene su hermana homónima en la puerta de Elvira o Arco de Elvira (Bab-Livira), por ser del mismo tipo de construcción, pues corresponden a la época Nazarí ,se encuentra en la actualidad en la Muralla de la Medina en la ciudad de Granada.
Para cualquier visitante que llegara del lado árabe (Murcia) como del cristiano (Elche), ver toda esa ciudad fortificada con sus almenas, troneras de vigilancia y, presidiendo en lo alto de la sierra el castillo, debía de ser una visión de una magnitud inimaginable.
En la Orihuela musulmana se ha representado la alcazaba con su depósito de agua, sus almenas de vigilancia y en el lateral del mismo una línea falsa de amurallamiento con grandes fosos naturales. Con ello se pretendían dos objetivos: Si se presentaba un ataque sorpresa, la primera línea defensiva podía ser rápida de conquistar, pero al pasar a la zona de fosos, con la perspectiva de una segunda línea de defensa, convertía a esa fuerza atacante en objetivo fácil para abatir y por tanto crear el caos en el enemigo. En caso de asedio largo con máquinas de guerra, el hostigamiento con estas máquinas podría dañar las murallas, pero de nuevo volvería a fracasar por encontrarse la segunda línea parapetada y con tropas atrincheradas.
La alcazaba podía permitirse largas épocas de asedio, pues entre líneas de defensa existía un páramo conocido como albacar donde pastaban los ganados que servían de alimento para los pobladores de la alcazaba, además de, como se ha explicado, contar con su propio aljibe de agua.
En este diorama, se puede contemplar el movimiento de tropas de caballería ligera e infantería andalusí. La primera forma los núcleos de patrullas de reconocimiento fronterizas que daban cobertura sobre el exterior de la ciudad ante la posible llegada de tropas castellanas, la infantería lógicamente actuaba en los servicios de guardia estática, en las almenas y muralla así como de rondines de vigilancia en la misma ciudad ocupando funciones policiales para preservar el orden público.
Se ha querido rendir homenaje a la leyenda de la Armengola con el diseño de la inexistente Puerta de la Traición, en ella se han situado tres figuras cristianas que representan a Hermenegilda-Eugenia y a sus dos hijas, que en realidad eran soldados (según la leyenda) y a una leva de campesinos preparados para que ella abra la puerta y puedan acceder a tomar la ciudad.
El diorama “Orihuela Musulmana” en definitiva es una máquina del tiempo al alcance de todas aquellas personas que nos visiten de nuestra geografía y de fuera de ella. Llegar al Museo de la Reconquista y contemplar la obra es iniciar ese viaje al pasado, con los pies en el presente, pero sin olvidar que somos herederos de viejas tradiciones y por añadidura, estamos obligados a que nuestras jóvenes generaciones no dejen nunca de aprender de sus raíces, ese es nuestro legado.
MAYRIT