COMPARSAS
02. Bando Moro
Bedawies
Historia de la comparsa
La necesidad de que hubiera algún tipo de fiesta, distinta a la Semana Santa, para que el pueblo tuviera una forma de diversión, sin necesidad de desplazarse a otras localidades, era notoria en cierta parte de la sociedad oriolana allá por la década de los 70. Algunos de los promotores de esta iniciativa, como Claudio Sarabia y Pedro de Vicente Bailén, se dirigieron al popular y céntrico barrio de la Acequia, en el que personas como D. Mariano Martínez (el Platero), Dª Elvira Penalva, Dª Antonia Bas y D. José García Lidón acogieron con entusiasmo la idea de celebrar una fiesta de moros y cristianos. Este fue el núcleo iniciador de la Agrupación Los Acequianos que constaba de una parte cristiana, Los Piratas Bucaneros y otra mora, Los Beduinos, que ya formaron parte del titubeante desfile de 1974. En 1979 se sumaron los Infantes de Aragón y Moros Almohabenos.
Según nos cuenta D. Jose Luis Bas, en 1974, cada agrupación debía escoger a una joven para presentarla como candidata a armengola. Para acompañarla dignamente, los vecinos de la calle de la Acequia aportaron algo para pagar la música que acompañó a la candidata acequiana junto con dos festeros con atuendo moro, en lo que se considera el primer pasacalle festero que tuvo lugar en Orihuela antes del desfile principal que tendría lugar al día siguiente. La elegida fue la candidata del Rabaloche, no sin alguna que otra controversia, quedando la acequiana en segundo lugar
La iniciativa festera tuvo gran éxito y el 26 de agosto de ese mismo año (1974) se realizó una asamblea en la que se eligió una Junta Directiva de la que sólo nombraré a su presidente D. Antonio Peñalver Cases, aunque ya habían en ella nombres que luego serían parte fundamental de la fiesta. Comenzaron a trabajar y pergeñaron las bases de lo que, con el tiempo, se ha convertido en el carácter propio de nuestra comparsa. Sin duda, una de ellas es que el traje de desfile es propiedad del socio. Este hecho, para nosotros fundamental, se mantiene hasta la fecha y sirve para identificar filas y comparsa por parte del público que observa el desfile. En los inicios, casi todo era casero y artesanal, incluidos el armamento, los emblemas y otras partes de la indumentaria (incluso alguna que otra barba o canas pintadas).
Se tomó como sede festera un solar de la calle de la Acequia que se intentó “arabizar” adornándolo con arcos al estilo musulmán. Los primeros cargos festeros en 1975 recayeron en Dª Mariló Gutiérrez Ortuño y D. José Luis Rodriguez Llor. En 1976, la comparsa ya se responsabilizó de organizar una embajada. Corto nos lo fiaron, pues los Acequianos apenas llegaban al año de vida. El cargo recayó en D. Antonio Vicea Martínez, que sorprendió en el desfile entrando a lomos de un dromedario. Cuentan las crónicas que en el tradicional traslado de las santas Justa y Rufina a la Catedral, la comparsa cristiana a la que correspondía el honor, no se presentó por razones no sabemos si razonables, teniendo que hacer los honores los Moros Beduinos.
Está claro que la fiesta, a pesar de los muchos detractores que tenía, comenzaba a cuajar entre la gente del pueblo y las comparsas comenzaron a llenarse de socios, lo que implicaba nuevas filas, nuevos trajes y algunas controversias que llevaron a la separación de la agrupación en Piratas y Beduinos como entes distintos. Este rápido crecimiento obligaba a tomar decisiones también apresuradas sobre, por ejemplo, el cuartel festero, pues el de la calle de la Acequia resultaba pequeño, y se optó por situarlo en la próxima Plaza de San Sebastián. Supongo que todos recordarán aquel coqueto cuartel hecho con maderas que se montaba al inicio del mes de julio, con la participación masiva de socios, y la ilusión de las ya próximas fiestas de 1978. En aquella época cabe recordar que se realizaban dos desfiles: uno formal, donde primaba el orden con aguerridas filas de guerreros y bellas filas femeninas y, al día siguiente, otro no tan formal. Esta época, sin duda, la recordarán muchos visitantes no oriolanos porque los cabos les invitaban a participar sacándolos a desfilar ante las “no tan aguerridas y zigzagueantes” filas de festeros.
Característico ya desde nuestros inicios era la insistencia generalizada del correcto desfilar y, desde entonces, ha sido así. La comparsa Beduinos tiene a gala intentar siempre hacer un buen desfile, con filas ordenadas y nutridas, cabos con elegantes movimientos y evitando desesperar al espectador con cortes injustificados. En el año 1979 se diseñó por parte de D. Antonio Peñalver el que ha sido escudo de la Comparsa de Moros Beduinos hasta el 2016.
A los socios se les impuso este emblema en un medallón dorado, costumbre que se ha perdido con el tiempo. También en las filas masculinas se cambió el armamento a uno más realista y metálico. Como hecho histórico característico de la comparsa aquel año se realizó una becerrada en la que intervinieron entre otros Luis Sánchez (El Carnicerito), Rate Sánchez (El Campeche), Carlos Peñalver (El Rodeíto), Manuel Alcaraz (como “Sobresaliente”) y Evaristo García (El empresario). Otros años se hizo la becerrada en el propio cuartel, pero las normativas legales hicieron desaparecer este momento que tantos ratos buenos nos hizo pasar en las calurosas noches festeras del mes de julio. Otro hito festero fue el nombramiento por vez primera de cargos infantiles en 1979, recayendo la distinción de abanderada infantil en la Stª. Mariate Campoy Sánchez.
Es importante señalar que, como en el resto de comparsas, los socios eran grupos familiares o de vecinos que, con el transcurso del tiempo, han dado origen a sagas de festeros que generación tras generación van conformando la fiesta y que, con ella, van creciendo, encarnando lo que llamamos festeros de nacimiento. No las nombraré por temor a olvidar alguna, pero hay que reconocer que en la comparsa están representadas las más antiguas familias festeras. Está claro que no es una exclusividad nuestra, debe haber varias en las distintas comparsas, pero nos enorgullece saber que, en casi cincuenta años de existencia de la fiesta, las familias se mantienen fieles a sus colores y entre todos construimos fiesta y tradición.
En el año 1982 se dotó al cuartel de una puerta de acceso a semejanza de la de un palacio. En esa puerta se han hecho fotos muchos cargos festeros de nuestra comparsa y del resto de Orihuela, pues el desfile partía desde la Lonja, lo que era lugar de reunión habitual de festeros (y de cervezas). Y lo mismo ocurre ahora, seguimos ubicados en el inicio del desfile (continúan las quedadas y las cervezas).
Siendo presidente de la comparsa D. Antonio Girona Moñino, allá por 1984, se estimó conveniente que los cargos de la comparsa no fueran solo femeninos y se quiso premiar también la labor festera del sector masculino. El cargo de Visir Bedawi, (bedawí es una españolización de la palabra que utilizan los árabes para referirse a la lengua de los nómadas del desierto), recayó por primera vez en D. José Luis Bas Penalva. El primer Visir Bedawi infantil se propuso en 1992 y recayó en el niño Jesús Aniorte Girona.
Han transcurrido diez años de fiesta, estamos en 1986, de nuevo toca la máxima representación a la comparsa, la embajada mora. Seguramente es la primera vez que la comparsa es consciente de que se debe acompañar al embajador y estar, todos a una, con él. El cargo correspondió al cabeza de una reconocida familia festera D. Manuel Escudero Miñano, padre, abuelo y bisabuelo de festeros. Los que recordamos su embajada nos sorprendimos de que su familia lo acompañara a lomos de caballos, lo que daba una imagen tan espectacular que permanece en el recuerdo de los asistentes al desfile de entrada mora.. Aquel año salieron por primera vez en el desfile un cañón (utilizado en las guerrillas de pólvora hasta el 2016) y la torre petrolífera (usada actualmente en la retreta y en la entrada mora). La torre es la seña identificativa indiscutible de la comparsa y que ha servido de “fuente de inspiración” a no pocos festeros y a muchos espectadores, con efectos secundarios de diversa consideración, aunque siempre pasajeros. Ese año se estrenó enseña donada por el embajador, que ha sido referente del desfile beduino durante muchos años.
Es importante resaltar los reconocimientos de los que ha sido objeto la Comparsa por parte de la Asociación de Fiestas. Como premios a cabos entre los que destacan por numerosísimos los de Lucio Sarabia y Francisco Escudero y a los de Filas, como es el caso de la Filá Viejos, Emires, Tuareg, Suakin y Emiras. También Festeros de Honor como Magdalena Campoy, Francisco Bas Penalva, Ascensión García Antolinos, Luis Escudero y José López Haro. Alcaides del Castillo José Mª Pomares y Francisco Escudero, pregoneros de la Fiesta José Antonio García Rodríguez y José Manuel García Antolinos y glosadora Mª Ángeles Esteban Abad. También hubo nombramiento de Armengola en 2010 que recayó en Vanessa Martinez Martí.
En 1996 de nuevo nos correspondió Embajada, cargo que ostentó uno de los fundadores de la Fiesta D. Antonio Jimémez Lozano. Por aquel entonces comenzaban a incorporarse lo que actualmente denominamos boatos, siendo muy novedoso el que ofreció nuestra comparsa para esa época. Todos recordamos la imponente figura del embajador con su traje negro sobre una carroza acompañado por dos de sus hijas como abanderadas y otra como Favorita. Donó una bandera con el escudo de la comparsa que tenía como originalidad su forma, similar a la Bandera de la Ciudad.
Fue en el año 2000 cuando la Comparsa decidió galardonar a personas externas que se hubieran destacado por su dedicación a la Fiesta con el título de Inmouchar, siendo Domingo Espinosa Albertus el primero.
Un hecho importante tuvo lugar en el año 2005, bajo la presidencia de José Luis Bas Penalva, ya que la junta directiva decidió cambiar la ubicación del cuartel, que resultaba nuevamente pequeño, al jardín de la Ocarasa recientemente arreglado. Probablemente uno de los grandes aciertos, ya que permitió el crecimiento del número de socios de la comparsa por contar con un mayor espacio para realizar todo tipo de actividades, como las encaminadas a los más jóvenes con castillos hinchables, piscinas y otro tipo de juegos. Se realizó entonces una nueva entrada para el cuartel, esta vez a modo de alcazaba musulmana, que se utilizó hasta la DANA (famosa por lo que arrasó). El crecimiento continuo en el número de socios jóvenes, hizo que la comparsa fuera familiar pero mucho más abierta, lo que conllevó nuevas formas de entender la fiesta y que atrajo a una mayor cantidad de público a nuestro cuartel.
En 2006 el embajador fue otro histórico de la comparsa, D. Lucio Sarabia Torres, que, desafiante, dirigía a las tropas de la media luna, junto con su Favorita, desde la carroza en la que estaban representados los escudos de todas las comparsas moras. Como novedad de la época y de su embajada, empezaban a salir en los boatos espectáculos, que ahora consideramos imprescindibles, como puedan ser grupos de danzarinas, luchadores y todo tipo de animales exóticos.
Para ser fieles a la historia citaré que en los años sucesivos al 2006, la comparsa tuvo un periodo complicado que duró hasta el 2016, en el que se llegó a un acuerdo (si hablásemos en términos guerreros, un tratado) de buen entendimiento. Desde esa fecha, la comparsa se redefinió como Compasa Beduina, estando integrada por dos grupos con gestión independiente, Los Muladíes que sitúan su cuartel Festero en la Calle Extremadura y Los Bedawies, que lo hacen en el jardín de La Ocarasa. Si lo hicimos bien o no, nos lo dirá el tiempo. Pero esa ya es otra historia.
Los colores que se eligieron para los Bedawies, fueron el azul, negro y blanco, con el imprescindible pañuelo palestino y fajín, dando una renovación al antiguo “pijama” blanco y negro. El primer hito, ya en 2016, fue la designación de D. Juan de Dios Rogel Payá como cabeza de los ejércitos moros. Su embajada tuvo como novedad la integración de las filas de la Comparsa como parte del propio boato entremezclándose con danzarines, músicos, caballos y los necesarios dromedarios del desierto. Junto a su Favorita, ambos de color rojo y en una original carroza que tenía como marco la Ciudad de Petra, mantuvieron viva, llena de magia y fiesta la llama y el espíritu de los Moros Beduinos. Su emblema, la Cruz de Inabagret, una de las cruces Tuareg. Como dato curioso aportar que ese fue el único año en que se desfiló como Acequianos Fundadores, en recuerdo de los inicios en la calle de la Acequia. Pero los que mandan son los socios y al año siguiente propusieron el cambio de nombre a Comparsa Beduina Moros Bedawies. El emblema fue diseñado por D. Pablo Escudero.
No solo en Orihuela, sino en otras localidades de la geografía española, filas integrantes en los actuales Beduinos Bedawies han participado con su buen hacer, siendo las mas señaladas los desfiles de Alicante (en 1976 y acompañando a la Armengola Gloria Valero en 2017). En Murcia en el primer año de sus fiestas de Moros y Cristianos y en años sucesivos. En Madrid, junto a otras entidades festeras, en representación de la provincia de Alicante en Fitur en el año 2016.
Cargos
Cada año la comparsa nombra los siguientes cargos festeros:
- Abanderada
- Abanderada Infantil
- Socio de Honor
- Visir Bedawi
- Visir Bedawi Infantil
Encuéntrala en:
Esta comparsa instala su Cuartel Festero en la Plaza Ocarasa.